
Entrevista con Jordi Calbet Tarragó, Consejero Delegado de Iberinsect
9 junio, 2021Jordi Calbet Tarragó no sólo destaca el potencial de Iberinsect, como empresa biotecnológica centrada en la investigación y producción de proteínas alternativas, sino que también da a conocer cuáles son las claves para garantizar la sostenibilidad de la cadena alimentaria y para responder a los futuros retos que se van a plantear en la nutrición y alimentación animal, respetando y preservando el medio ambiente. Todas sus reflexiones en la siguiente entrevista.

Iberinsect SL. Reus
P: ¿Cómo surge vuestra empresa, Iberinsect?
R: El origen de Iberinsect se remonta hace dos años con los fundadores Aitor Bru y Jonathan Martínez que crearon el primer centro en Catalunya, ubicado en Reus, para la cría de insectos, con el objetivo de dar servicio de formación para la creación de granjas de insectos.
Tanto Aitor como Jonathan son dos personas inquietas y trabajadoras a las que siempre les interesó el mundo de los insectos y cuando tuvieron la oportunidad no dudaron en invertir en este sector.
En el 2020 entró en el capital nuestra empresa, Grup Cunicarn, con la visión de la segunda generación de la familia propietaria, mi hermano Ramon Calbet y yo, aportando un cambio de modelo, basado en la productividad y la especialización en una especie de insecto, concretamente el Tenebrio Molitor, conocido también por gusano de la harina, y el desarrollo de todos sus derivados: proteína, lípidos y frass. El conocimiento de Cunicarn durante más de 45 años en el sector agroalimentario nos abre muchas puertas para aprovechar las oportunidades de este sector.
P: ¿Cuál es vuestro objetivo más inmediato?
R: El objetivo que nos hemos propuesto en esta primera fase de nuestro proyecto es el de optimizar, estandarizar y automatizar todas las fases de nuestro modelo productivo, para poder alcanzar una segunda fase de expansión industrial, con la construcción de una segunda planta.
Europa es deficiente en proteínas y depende en buena parte de la importación de materias primas que las contienen. Esta importación genera gran impacto ecológico y hace insostenible el sistema actual. Según la FAO, en el 2050 la necesidad de alimentos aumentará un 70% y lo podemos hacer sólo con el 5% de tierras agrícolas, mientras los recursos de agua, suelo y pescado salvaje van disminuyendo.
Creemos que los insectos pueden ser parte de la solución, otorgando más sostenibilidad a cadenas de valor existentes como son las de la acuicultura, animales de compañía y, en breve, las de la avicultura y porcino. La producción de insectos ha venido para quedarse y aunque tiene muchos retos por delante, lo hace apasionante.
P: ¿Por qué centráis vuestra actividad en el tenebrio?
R: El gusano de la harina o Tenebrio Molitor es un insecto cuyo origen es europeo, concretamente se ubica en el sur de Francia. Por lo tanto, se trata de un insecto autóctono.
Nuestro modelo de negocio se basa en la transformación de materias primas locales para la obtención de proteínas de alto valor añadido, la sostenibilidad es parte de nuestro ADN, así que el origen de este insecto debía de tener una base también local.
Por otro lado, el potencial de mecanización y automatización de esta tipología de insecto es muy alto. La seguridad alimentaria en la cría de este insecto también fue un punto a favor en su elección.
“Los insectos pueden ser parte de la solución, otorgando más sostenibilidad a cadenas de valor existentes, como son las de la acuicultura, animales de compañía y, en breve, las de la avicultura y porcino.”
“El conocimiento de Cunicarn durante más de 45 años en el sector agroalimentario nos abre muchas puertas para aprovechar las oportunidades de este sector.”
P: ¿Cuáles son vuestros productos y servicios?
R: Los productos en los que trabajamos actualmente son la larva viva del insecto, la proteína que se obtiene de él, así como los lípidos y los fertilizantes orgánicos. Nos encontramos en una fase del proyecto en el que desarrollamos aplicaciones, codo con codo, con industriales y centros tecnológicos, con el objetivo de establecer relaciones a largo plazo.
P: ¿Qué ofrecéis vosotros que os diferencie de otras empresas del sector?
R: Una visión integral del sector, controlando desde las materias primas para la alimentación de los insectos hasta la obtención de productos finales. Disponemos de una fábrica de piensos dentro del grupo que se adapta a las necesidades de Iberinsect. Yo resumiría que lo que nos diferencia con otras empresas del sector es la agilidad de adaptarnos al cliente y el empuje de una startup, así como la experiencia de un grupo de más de 45 años de historia dentro del sector agroalimentario.
“Trabajamos con la larva viva del insecto, la proteína que se obtiene de él, así como los lípidos y los fertilizantes orgánicos. Desarrollamos aplicaciones, codo con codo, con industriales y centros tecnológicos, con el objetivo de establecer relaciones a largo plazo.”
P: ¿Qué sectores demandan este tipo de soluciones que ofrecéis?
R: La industria agroalimentaria en nuestro país es muy potente y es donde estamos enfocados, concretamente en el sector del Feed. La acuicultura, la avicultura, el porcino, así como la alimentación de mascotas, son sectores que tienen mucho potencial de aplicación para los lípidos y para las proteínas, el fertilizante orgánico que se obtiene tiene multitud de aplicaciones en diferentes tipos de cultivos.
P: ¿Cómo valoráis que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) avale el consumo del gusano de la harina como alimento? ¿Qué supone para vosotros este primer reconocimiento del insecto?
R: Nuestra valoración es muy positiva ya que consideramos que esta aprobación avala nuestra elección del Tenebrio Molitor como insecto. Es muy buena noticia que Europa, siendo de los continentes más exigentes en seguridad alimentaria, lo haya catalogado como apto para el consumo humano.
“La industria agroalimentaria en nuestro país es muy potente y es donde estamos enfocados, concretamente, en el sector del Feed. Ofrecemos una visión integral del sector, controlando desde las materias primas para la alimentación de los insectos hasta la obtención de productos finales.”
P: ¿Creéis que, en Europa, a gran escala, se reconocen los beneficios medioambientales de empresas como la vuestra?
R: Creemos que vamos por el buen camino, la sensibilización por el impacto de la huella de Co2 y medioambiental irán incrementando a medida que pase el tiempo, ya que sus consecuencias serán cada vez más evidentes.
Los beneficios que aportan los insectos son claros, requieren 100 veces menos de tierras agrícolas para producir la misma cantidad de proteína animal, consumen mucha menos agua y su producción no requiere de antibióticos. Se han dado los primeros pasos, pero queda un largo recorrido por hacer.
“La sostenibilidad es parte de nuestro ADN. Nuestra misión se centra en hacer accesible una alternativa saludable, nutricional y rentable, preservando los recursos naturales y reduciendo nuestra huella ambiental.”
P: ¿Creéis que el Covid-19 va a tener alguna repercusión en el cambio de nuestros hábitos alimenticios del futuro?
Creemos que la pandemia nos ha hecho darnos cuenta de la fragilidad en que se basa nuestro sistema productivo y cómo de fácil resulta que las cadenas de suministro, para fabricar cualquier cosa, se vean comprometidas por incidencias en cadenas de valor globales.
La alimentación es algo muy serio y debemos aplicar esta misma reflexión. Vivimos en una zona del mundo que es una potencia agroalimentaria y debemos estar orgullosos por ello, pero, si queremos que el futuro continúe siendo así, debemos de dotarle de una base mucho más sostenible. Creemos que no solo es necesario, sino que se trata de algo estratégico.
La producción de insectos, en este sentido, jugará su papel, prueba de ello es que Europa ya ha realizado los primeros pasos en esta dirección.
P: ¿Cuánto tiempo creéis que tardarán los insectos comestibles en incorporarse a los hábitos alimentarios de los europeos? ¿Cuál consideráis que es el mayor obstáculo?
R: Se trata de un tema de madurez y de aceptación que requerirá de su tiempo. Su mayor obstáculo es la cultura de consumo, mientras en Asia es habitual, en muchos lugares, el consumo de insectos, en Europa resulta algo exótico. La variable de sostenibilidad es un punto que el consumidor cada vez dará más importancia, así que es cuestión de tiempo que esta gran fuente de proteínas se incorpore en nuestros alimentos. No se trata sólo del consumo del insecto como tal, sino también como complemento de productos elaborados que ya se comercializan a día de hoy. Hace 20 años el Sushi también era algo exótico, y hoy lo hemos adoptado en nuestro consumo habitual, pero requerirá de tiempo.
P: ¿Qué valoración hacéis de lo conseguido en este poco tiempo y cuales son vuestros próximos retos? ¿A dónde os gustaría llegar?
R: La valoración que podemos hacer hasta ahora es positiva, nos hemos encontrado un camino con obstáculos pero que hasta ahora hemos sabido responder. Nuestra actividad todavía es pequeña y estamos en plena fase de consolidación de nuestro modelo y optimización de nuestra planta.
Tenemos muchos retos por delante pero el grado de implicación de todas las partes de Iberinsect es muy alta, nos gustaría ser un socio imprescindible para la industria alimentaria, empresas de investigación e instituciones públicas.