
Abono orgánico de insectos, protección para las plantas ante el cambio climático
27 julio, 2021Abono orgánico de insectos, protección para las plantas ante el cambio climático. Esta es una de las conclusiones a las que se ha llegado en una investigación canadiense publicada en la revista Applied Soil Ecology en la que se sugiere que el fertilizante derivado del gusano de la harina puede ayudar a proteger a las plantas de los eventos del cambio climático.
“Un efecto del cambio climático es el aumento de la temperatura, que puede provocar sequías o incluso inundaciones”, ha indicado Louise Hénault-Ethier, científica y directora del Centro de Investigación Ambiental de “Eau Terre” en la ciudad de Quebec. “El excremento del gusano de la harina puede ayudar a las plantas a tolerar estos factores estresantes abióticos o inertes” ha añadido en relación al estudio que han realizado.
Y es que uno de los aspectos destacados de este fertilizante orgánico derivado del gusano de la harina es la quitina, un ingrediente clave que los fertilizantes producidos por mamíferos no contienen de forma natural. La quitina es un polímero abundante y un componente estructural que forma las paredes celulares de los hongos y los exoesqueletos de artrópodos como insectos y arañas.
Cuando una planta se expone a la quitina, su sistema inmunológico señala al polímero como un marcador de un hongo o insecto amenazante. Si bien la quitina en realidad no daña la planta, desencadena una respuesta inmune que beneficia la salud de la planta.
“Aunque la quitina no se inyecta en las plantas, funciona como una vacuna”, ha explicado Hénault-Ethier. “No va a producir los anticuerpos contra COVID si no ha estado expuesto a COVID, pero si recibe una vacuna, entonces comenzará a producir los elementos que le ayudarán a protegerse”.
Hénault-Ethier ha puntualizado que se está estudiando el abono del gusano de la harina como un posible reemplazo orgánico de los pesticidas, destacando también su gran cantidad de nutrientes y componentes ricos en materia orgánica, minerales y un valor de PH neutro. En medio del impulso actual de criar insectos como una nueva fuente de proteínas, la científica considera este fertilizante orgánico igual o más valioso que los propios insectos.
Si bien los datos de laboratorio parecen prometedores, el fertilizante derivado del gusano de la harina aún no se puede comercializar porque debe registrarse en la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos, que requiere pruebas de seguridad exhaustivas, al margen de otros aspectos regulatorios. Aun así, el mercado se está expandiendo, y en algunos países se comercializa como suplemento para el suelo y protector de plantas.
Abono orgánico de insectos, protección para las plantas ante el cambio climático. Fuente: CBC News – Science